My Morning Jacket y sus ocho minutos de gloria
- María LS
- 3 sept 2018
- 2 Min. de lectura
Hace 10 años, tener a la mano las canciones que más me gustaban dejaba de ser una tarea titánica e ilegal, gracias a que tuve mi cuenta en iTunes desde 2003, pude disfrutar de una variedad musical más amplia y degustar de las maravillas que rondaban por Internet antes que cualquiera.
Quizás del 2005 al 2013 fueron los años mágicos donde cultivé un gusto muy peculiar de grupos que leía en revistas, escucha en el radio o los conocía en algún concierto. Me volví una curadora profesional de las cosas más random
-musicalmente hablando- de esa época.
Esta colección se la debo en gran parte a dos personas muy importantes, Micho y Rubén. El primero ha sido mi gurú musical desde la prepa, y el segundo desde la universidad. De ambas personas aprendí todo, o al menos casi todo lo que se hoy en día de música “diferente”.
Recuerdo que Rubén una vez me dijo:
“Mis canciones favoritas son las que duran más de 8 minutos”
o algo así.
Pensé que era debido a la prolongación de la experiencia musical, pero no. No lo entendía con exactitud hasta que en 2008 llegó a mi camino una de las piezas musicales más completas en toda mi existencia.
“Touch Me I’m going to scream Pt. 2”
se cruzó con mis oídos.
Y lo viví. En carne propia. Lo viví.
Esta joya musical se desprende de uno de los discos más completos de My Morning Jacket, su quinto álbum “Evil urges”. Esta pieza de tan solo 8 minutos con 12 segundos, ha sido la más larga toda su historia musical (1998-2015).
En mi muy humilde opinión, cumple con todas las características acústicas que más me gustan de toda la vida:
Una excelente e hipnotizante introducción, un ritmo invariablemente perfecto, un Jim James dejando todo el corazón en la voz, letra altamente mágica, buena planeación, solos impecables, el celestial sonido del omnichord haciendo de las suyas, un manejo adecuado de sintetizadores, un puente increíble que da paso una desgarradora guitarra mezclada con una armonía de coros; dejando atrás todo el caos y finalizar con un juego de acordes, bajeo, y quizás el mejor cierre de mi vida.
Esta belleza de canción, ha sido de mis más grandes tesoros porque:
1. No es muy popular.
2. Es la menos memorable de esta agrupación.
3. Pero sí, la que robó mi corazón desde la primera vez que la escuché.
Hoy desempolvé mis playlists más viejitos en Spotify, y voila nos volvimos a topar. Revivir ese momento, me alegró de sobremanera el corazón.
Procesar todo lo que representa esta canción, es muy difícil de explicar en palabras. Quizás ahora las fibras que mueve mi cuerpo le dan un sabor muy diferente, hoy la letra tiene una visión madura y enriquecedora.
Hoy en 8 minutos recorrí 10 años, con la gran diferencia de que ahora sé qué quiero y cómo quiero que suenen las cosas en mi vida.
Oh, this feeling it is wonderful, don't you ever turn it off!
Aquí la versión normalita...
Aquí su versión en vivo (saben que me encantan).
Comments