Amigos, no todo es Zoé

María LS
27 sept 2018
3 Min. de lectura

Tiempos de cambios, de acostumbrarme a novedades, a crecer, soltar, y llenar espacios con nuevos rostros, caminos diferentes y de vez en cuando un poco de soledad. Cierto es que, todo esto ha sido parte del crecimiento. Estoy en esta parte de volverme a encontrar con una María diferente, en esta nueva etapa estoy dejando atrás la flojera y enfocándome en proyectos que había postergado en montón de ideas, pláticas o incluso cuadernos pero finalmente los estoy llevando a la realidad.

Ahora, poco a poco se han ido materializando gracias a que decidí trabajar en ello y juro que no voy a soltarlo hasta alcanzarlo.

Siempre quise escribir, pero no de cualquier cosa si no de la música que escucho, de mis experiencias que, a modo de catarsis han funcionado para bien.

Desde hace un mes, escribo para la revista electrónica IRREVERENTE todos los #MiércolesdeMaría donde hago reseñitas de discos que me gustan muchísimo. Se ha convertido en un buen hábito semanal, lo cual no ha sido fácil porque de por sí mi vida esta llena de actividades, ahora me aventé el paquete de que, si o sí debo sentarme y dedicarle al menos 2 horas para desmenuzar track by track de un disco, pero no saben cómo disfruto hacerlo. Inclusive, mi hijo se vuelve mi primer lector en darme el vo.bo de mis reseñas porque se las leo y aunque no entiende mucho de lo que hablo, es una bonita práctica que me gusta compartir con él.

Hace unos días platicaba un twitteramigo sobre los prejuicios que hay de la música latinoamericana, que a ciertos países los han encasillado en ciertos géneros y que son territorios verdaderamente inexplorados. Me decía algo como “es que todos son fresas y con varo” o “todos suenan como a Little Jesus”; desgraciadamente ese paradigma persiste en la mente de muchas personas. Creen que porque cantan en español es malo o que si es mexicano, seguro es de poca calidad; por eso desde hace varios meses me he dado a la tarea de abrir los horizontes y descubrir que hay más allá del territorio mexicano.

Mi sorpresa fue que hay mucho talento (solo falta apoyarlo, dirán) y pues sí. Afortunadamente la industria musical en países como Ecuador, Colombia, Costa Rica, Chile, Argentina o Brasil, es impresionante. Me he encontrado varias bandas que realmente están creando cosas muy interesantes, con muchísima energía, haciendo propuestas diferentes que vale la pena seguir su trabajo.

No con esto quiero menospreciar lo que hacemos en México, pero como bien dice la nota, no todo es Zoé.

Afortunadamente, hay muchísima variedad de colores en la escena independiente, me agrada ver que muchos de estos grupos, ya aparecen en festivales importantes, inclusive son invitados a tocar en otros países y que más personas descubren su sonido. Veo con agrado que hay una hermandad entre muchas bandas que les abren sus conciertos, o les dan unos minutos de su show para que presenten sus canciones. Creo que eso nos da la oportunidad de expandir el menú y enriquecer nuestros playlists para dejar de escuchar lo mismo todo el tiempo.

Me siento con el compromiso de cambiar el chip de las personas que leen mis notas, inclusive en pláticas con amigos, les recomiendo grupos o canciones que escucho porque quiero ser ese enlace entre quienes tienen este estigma y darles la oportunidad de conocer algo diferente.

Espero en un futuro no muy lejano, pueda ser un referente para muchas personas, y que cuando escuchen un grupo digan: